viernes, 24 de septiembre de 2010

Relojes De Colección

Encuentra la Marca el Modelo y El Precio Del Reloj que Buscas

En El Mundo de La Relojería Moderna, Un segundo es un segundo, pero no es lo mismo medirlo en el trabajo, en una reunión social, o mientras se disfruta de las vacaciones. La época de los relojes únicos y para toda la vida  ha quedado enterrada por el tiempo y por la hábil estrategia de la industria De La Alta Relojeria Suiza, que en su día apostó por la segmentación del mercado de los relojes de pulsera para sobrevivir al acoso de la Relojería Japonesa. Andrés Moreno, redactor jefe de la revista especializada Nexo-Time, reconstruye la secuencia histórica que cambió para siempre la visión de nuestros Relojes de Pulsera: “A finales de los años 70, la Relojería Suiza vivió una profunda crisis, propiciada por la falta de renovación estética y por la irrupción de los relojes digitales japoneses sobre todo. Entonces el empresario y banquero Nicolas Hayek creó Swatch, un reloj swiss made de diseño vanguardista al alcance de cualquier bolsillo. De hecho, gracias a su bajo precio y a la profusión de modelos, la firma relojera promovió entre su clientela el concepto de relojes renovables. El resultado es que los Relojes Swatch acabaron convirtiéndose en un símbolo de moda y marcando una tendencia que dos décadas después se mantiene” y que con sus modelos Irony y nuevos movimientos de cuerda automaticos va en un aumento progresivo, entrando en plena competencia con la relojeria Japonesa que más recientemente está apostando por relojes de maquinaria de cuerda de movimiento automatico como es la firma Japonesa Seiko con sus modelos Kinetig o los modelos sin cambio de batería de la firma relojera Japonesa Citizen..

Resulta paradójico, pero gran parte de las firmas clásicas de prestigio le deben la vida a los relojes baratos y sin tradición que inventó Hayek. “Con Swatch”, explica Montero, “se creó una inercia que permitió remontar a la industria Suiza” de los Relojes de Pulsera. Se actualizaron diseños, se amplió el target de consumo y se diversificaron las marcas y los precios. Con esta política, los helvéticos volvieron a recuperar la hegemonía del mercado horario.

Una reciente estadística de la empresa de estudios sectoriales DBK registra que el reloj más deseado por los españoles sigue siendo el Rolex, en la lista de relojes de Moda también figuran otros Suizos como Omega y Cartier, y tres marcas de capital nacional: Lotus, Viceroy y Festina. En cualquier caso, las aspiraciones de los ciudadanos se asemejan bastante a la realidad del mercado. “En lo que se puede considerar un reloj económico, hasta 300 euros, los más vendidos en España son los Lotus, Festina y Viceroy. En la gama que ronda los 1.000 euros, dominan Jaguar, Sandoz, Maurice Lacroix, Omega y Seiko. Y en el segmento de alta relojería, de 2.000 euros en adelante, Cartier y Rolex son las grandes estrellas”, estima Andrés Moreno que, además, ofrece un dato válido para todas las marcas: “Las navidades y la etapa pre veraniega, con su calendario de bodas y comuniones, son las épocas del año con mayor volumen de ventas”. Tiene su lógica, pues el destino de más del 40% de los relojes es el regalo.

En números globales del año 2001, los informes que maneja Nexo-Time señalan que el grupo Festina-Lotus encabezó el ranking de ventas de relojes en España con cerca de 900 millones de euros; seguido de Vêndome (que agrupa a Cartier, Piaget y Baume & Mercier) con unos 450 millones; Munreco (Viceroy, Sandoz y Maurice Lacroix) con 300 millones; y General de Relojes (Seiko, Lorus y Pulsar) con 180 millones. El estudio de DBK indica que las joyerías se configuran como el primer canal de comercialización, y que un 40% de los consumidores se decantan por este tipo de establecimientos a la hora de comprar. El resto de las ventas se reparten entre relojerías (28%), El Corte Inglés (9%) y otro tipo de establecimientos (23%). Las cifras que mueve el negocio son tan suculentas que otros sectores, fundamentalmente la moda, se han animado a participar del pastel. Firmas como Gucci, Emporio Armani, Chanel o Louis Vuitton ya pisan con fuerza en la nueva plaza.

Según la muestra de DBK, la mayoría de los encuestados (36%) cuenta con dos relojes; mientras que un 34% sólo tiene uno; un 7% no posee ninguno; y un 23% cuenta con un mínimo de tres. Fernando Zher, director general de Tag Heuer en España, augura para el futuro inmediato un mayor número de unidades por consumidor. ”Los relojes”, dice, “cada vez están más integrados al ámbito de la indumentaria, y el mercado demanda de la industria una mayor especialización para cubrir diferentes aspectos de la vida: el trabajo, los eventos sociales, las vacaciones... Para cada momento hay un modelo a la medida”. Además, el reloj de pulsera ha perdido parte de su función práctica para convertirse en un guiño de identidad, en un “dime qué reloj llevas y te diré cómo eres”. Aquí va una radiografía del consumidor: los apasionados del diseño se decantan por Rado y Ebel; los de espíritu deportivo por IWC, Panerai y Tag Heuer; y los clásicos por Rolex, Patek Philippe, Baume & Mercier, Vacheron, o Zenith. Eso sí, siempre que el presupuesto lo permita, porque para llevar una firma de prestigio en la muñeca hay que gastarse un mínimo de 1.200 Euros.

En cualquier caso, más allá de la marca, todos los fabricantes siguen líneas estéticas comunes. Éste es el parte que ofrece Zher sobre últimas tendencias: “Los relojes de vestir huyen de la ostentación y buscan la simplicidad exterior, vuelven los formatos planos, y se recurre a materiales como acero, oro blanco y platino. En la gama de Relojes Sport se llevan los grandes relojes con reminiscencias nostálgicas, grandes esferas y correas que se hacen eco de los modelos de la aviación de la I Guerra Mundial, o los llamados de Tipo Militar. En esta línea también se explotan los relojes submarinos (Submariner), fundamentalmente en titanio, con pantallas de cristal líquido y multifunciones de uso práctico. En el mercado enfocado exclusivamente a las mujeres, la tendencia más significativa es la de engastar piedras preciosas como los brillantes en materiales como el acero, realzando el reloj como pieza de joyería más allá del metal con el que esté realizado”.

Además de las Modas y de las posibles tendencias de cada temporada, hay otras cosas que cambian. El público femenino ha protagonizado un auténtico fenómeno sociológico, la mujer y en los últimos años ha pasado de una cuota de consumo que rondaba el 20% a suponer nada menos que un 50%. ¿El motivo del incremento?: la independencia económica. “Antes”, explica el directivo de Tag Heuer, “el hombre le regalaba el reloj a la mujer, generalmente uno y de oro; ahora es ella la que elige el modelo, lo paga y lo renueva cuando quiere”. Otras cosas no han variado, el público masculino sigue siendo el que se gasta más dinero en relojes. La explicación, en boca de Fernando Zher, también suena sencilla: “A los hombres les quedan pocos sellos de distinción; se ha perdido la pinza de corbata, los gemelos y el encendedor. El reloj es el último símbolo diferenciador”.

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